lunes, 3 de noviembre de 2014

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TRIDUO  POR  LAS  VOCACIONES  A  LA  COMPAÑÍA  DE  JESÚS  EN  LA  FIESTA  DE  LOS  BEATOS  Y SANTOS  JESUITAS.

DÍA 1
3 DE NOVIEMBRE

ORACIÓN COMUNITARIA: “CONFIANZA EN DIOS”

EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO. AMÉN.

GUÍA: INTRODUCCIÓN
Nos hemos reunido para orar juntos al Padre, pidiendo que nos conceda la gracia de nuevos compañeros. Sabemos que “Las vocaciones son un don de Dios, pero don condicionado a nues­tros esfuerzos por suscitarlas y descubrirlas” (Kolvembach).
Con la confianza puesta en Dios, deseamos orar y trabajar para que haya jóvenes que se en­tusiasmen con nuestro carisma y misión. Quien lleva la iniciativa es Dios; es Él quien invita y en quien debemos poner toda la confianza de que siga llamando a otros para compartir esta misión.

LECTOR 1: LA CONFIANZA EN SAN IGNACIO

Del memorial de Gonçálves da Cámara (34)
“El Padre, en las empresas que toma, muchas veces parece que no usa de ninguna prudencia humana, como fue en hacer aquí este colegio sin tener ninguna renta para él, y otras coas si­milares., mas parece que todo lo hace fundado en sola la confianza de Dios. Mas ansí como en el tomallas parece que va sobre la prudencia humana, así en el segillas y buscar los medios para llevarlas adelante usa de toda prudencia divina y humana. Parece que cualquiera cosa que emprende, que primo la negocia con Dios, y como nosotros no vemos que lo ha negociado con Él, espantámonos de cómo lo emprende.

GUÍA: En la experiencia de La Storta, vemos cómo Dios Padre concede a Ignacio, la gracia que con tanta insistencia y confianza le venía pidiendo por intercesión de Nuestra Señora. Ignacio re­cibe así lo que esperaba de Dios; pero a su vez se le abre un camino donde la apuesta fiducial implica una radicalidad siempre nueva. “en solo Dios la confianza”.

LECTOR 2: DE LA CONGREGACIÓN GENERAL 35; DECRETO 2; N 11.
San Ignacio tuvo la experiencia más signifi­cativa para la fundación de la Compañía en la pequeña capilla de La Storta en su camino ha­cia Roma. En esta gracia mística vio claramen­te “que el Padre le ponía con Cristo, su Hijo”, como el mismo Ignacio había rogado con insis­tencia a María. En La Storta, el Padre ponía a Ignacio con su Hijo cargado con la cruz y Jesús lo aceptaba diciendo: “Quiero que tú nos sir­vas”. Ignacio se sintió personalmente confir­mado y sintió confirmado al grupo, en el plan que movía sus corazones de ponerse al servicio del Vicario de Cristo en la tierra. “Ignacio me dijo que Dios Padre imprimió estas palabras en su corazón: ‘Ego ero vobis Romae propitius’”. Pero esta afirmación no hizo que Ignacio so­ñara con caminos fáciles, puesto que dijo a sus compañeros que en Roma encontrarían “mu­chas contradicciones”, y que incluso podrían ser crucificados. Es del encuentro de Ignacio con el Señor en La Storta de donde nace la vida futura de servicio y misión de los compañeros con sus rasgos característicos: seguir a Cristo cargado con la Cruz; fidelidad a la Iglesia y al Vicario de Cristo en la tierra y vivir como ami­gos del Señor –y por eso amigos en el Señor-formando juntos un único cuerpo apostólico.

BREVE SILENCIO

GUÍA: RECITEMOS EL SALMO 31
R./ Solo en Dios pongo mi confianza
En ti, Señor, me cobijo,
no quede nunca defraudado.
Líbrame, conforme a tu justicia,
atiéndeme, date prisa.
Sé tú la roca de mi refugio,
fortaleza donde me salve
porque tú eres mi roca
y mi fortaleza
por tu nombre me guías
y me diriges.
Enséñame a caminar
por tus sendas
en tus manos pongo mi vida
y me libras, Señor, Dios fiel.
Tú me libras en las tormentas,
me defiendes en la lucha,
me orientas en las sombras,
me conduces en la vida.
Cuando estoy en apuros
y la pena debilita mis ojos,
mi garganta y mis entrañas…
cuando pierdo las fuerzas
en ti confío, Señor:
me digo: “tú eres mi Dios”.
GLORIA AL PADRE, AL HIJO Y AL  ESPÍRITU SANTO...

LECTOR 1: LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO (7, 7-12)

Pidan y Dios les dará, busquen y encontrarán, llamen y Dios les abrirá. Porque todo el que pide recibe, el que busca encuentra, y al que llama, Dios le abre. ¿Quién de ustedes si su hijo le pide pan le da una piedra? O si le pide un pez, ¿le da una serpiente? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su padre del cielo dará cosas buenas a los que se las pidan! Así pues, traten a los demás como ustedes quieran que ellos los traten, porque en esto consiste la ley y los profetas”.  Palabra del Señor

BREVE SILENCIO

Algunas preguntas para meditar; podemos ele­gir una de las tres preguntas siguientes.
. ¿Cuál ha sido, en este año, la gracia personal o comunitaria por la que Dios nos ha movido a poner en Él solo la confianza?
. ¿Cuáles son las necesidades, ilusiones y de­seos, que nos invitan a pedir a Dios que nos en­víe nuevos compañeros?
. ¿Qué ayudas tenemos o deseamos para reno­var y fortalecer nuestra confianza en Dios?

                                   TIEMPO DE SILENCIO PARA MEDITAR

GUÍA: PETICIONES
A cada petición respondemos: Escucha, Señor, nuestra oración.

. Te pedimos, Padre, que llames a nuestra míni­ma Compañía, a jóvenes que se reconozcan pe­cadores, y que se sientan perdonados y amados por ti. Oremos…
·Te pedimos, Padre, que los jóvenes se arries­guen a poner su confianza en ti; que se animen a ofrecerte todo lo que son y todo lo que tie­nen, para que sus vidas den mucho fruto. Ore­mos…
·Te pedimos, Padre, por nosotros, para que cada uno desde su carisma personal, su lugar y su misión, pueda a través de su testimonio y oración, suscitar en los jóvenes la pregunta por la vocación a la Compañía de Jesús. Oremos…
Se pueden sumar oraciones espontáneas.

GUÍA: Recemos la oración que Jesús nos enseñó: PADRE NUESTRO

GUÍA: ORACIÓN DEL TRIDUO

“Señor Jesús, te pedimos que muevas interior­mente a los jóvenes a buscarte y a seguirte. Tú que los llamas con amor eterno, haz que conoz­can el misterio de su vocación y el sentido de su vida.
Envíanos, Señor, nuevos compañeros, que te amen a ti junto con tu Iglesia, que es santa y pecadora, y que quieran que, con su entrega, la Iglesia sea tus manos, tus pies y tu voz en este mundo.
Suscita en algunos jóvenes el deseo de unirse a esta mínima Compañía, y que en ella busquen incesantemente ser servidores de tu misión, vi­viendo en pobreza, castidad y obediencia”.

TODOS: Tomad Señor y recibid…


CONCLUSIÓN

Alabemos al Señor
Demos gracias a Dios

EN EL NOMBRE DEL PADRE...




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