jueves, 17 de octubre de 2013

Reducciones Jesuíticas en Paraguay

0 comentarios
 

SANTOS MÁRTIRES DEL PARAGUAY

0 comentarios
 


SAN ROQUE GONZÁLEZ DE SANTACRUZ (1576-1628)

La familia de Roque:

Roque nace en Asunción (Paraguay) el año 1576, penúltimo de los hermanos. Eran 7 varones y 3 mujeres. Fue hijo de uno de los primeros conquistadores y fundadores de Asunción, Don Bartolomé González de Villaverde. Su mamá, María de Santacruz, fue una mestiza, quiere decir que fue nieto de una mujer indígena guaraní. Proviene de una familia de 10 hermanos de los cuales probablemente 2 o 3 eran sacerdotes. Dos se ordenaron juntos en 1598 cuando visitó Asunción el Obispo Hernando de Trejo y Sanabria, hermano de Hernando Arias de Saavedra, en la que fue la primera ordenación en Paraguay. Ordenó a 23 sacerdotes, entre ellos a Roque y a su hermano Pedro.
El Padre Pedro era conocido como un buen sacerdote, "hombre de buen ejemplo" e "hijo de la tierra y de los más principales conquistadores de ella, persona de buena vida", era canónigo de la catedral de Asunción, asistió al sínodo que presidió el obispo Cristóbal de Aresti en 1631, y después del martirio de Roque cantó la misa solemne en la catedral.
Gabriel, sabemos poco, fuera del hecho de que hizo estudios eclesiásticos en el Perú, y en 1602 recibió un legado de su hermano Francisco para continuarlos.

Acompañamiento Vocacional

0 comentarios
 

ACOMPAÑAMIENTO VOCACIONAL
  
 El acompañamiento vocacional es un ministerio de todo jesuita, asumido de forma más directa por quienes tienen mayor vinculación con la PV.
- El acompañamiento permite que el aspirante conozca la Compañía de Jesús y que el acompañante evalúe la motivación, madurez y capacidad afectiva, intelectual, comunitaria y apostólica del aspirante y lo prepare para su ingreso en el noviciado.
1. Objetivos

- Conocer al aspirante, especialmente en los aspectos que más afectan a su vida y vocación.
- Ofrecer al aspirante las herramientas que le permitan discernir y elegir su vocación.
- Lograr que el aspirante, por medio de lecturas y contactos con jesuitas y obras, adquiera un conocimiento realista de la Compañía de Jesús.
- Introducir al aspirante en nuestra espiritualidad y modo de proceder por medio de los EE.
- Completar las carencias que presente el aspirante y prepararlo para su ingreso al noviciado.

2. Funciones del acompañante

- Orar por sus dirigidos y por las vocaciones.
- Testimoniar lo que es ser jesuita: un maestro de vida u hombre espiritual que vive centrado en su misión, coherente con el modo nuestro de proceder y que transmite a Jesús con su vida.
- Ser guía espiritual, motivando al aspirante para que se disponga a oír a Dios y ofreciéndole herramientas para que pueda entender a dónde le conduce con sus invitaciones.
- Dar a conocer la Compañía de Jesús, orientando al aspirante en el conocimiento de la historia, opciones y proyectos de la Compañía de Jesús y lo inicia en la vida de oración, apostolado y estilo propio de la Compañía.
 
3. Actitudes del acompañante

- Cercanía y cordialidad: Crear un tono de amistad que ayude al aspirante a mostrarse con total libertad.
- Empatía: Contactar con la otra persona desde su interioridad y entender lo que quiere expresar, más allá de sus palabras. Desde una aceptación de su realidad, sintonizar con lo que es, siente y expresa. Esta libertad permite que el aspirante pueda expresar las dimensiones más profundas de su vida.
- Respeto por el camino y ritmo del proceso vocacional: sin querer influir en la decisión vocacional del joven.
- Esperanza: Confiar en que durante el proceso se irá aclarando la opción vocacional.
- Paciencia: Comenzar desde el punto donde se encuentra el aspirante y avanzar conforme a su ritmo.
- Humildad: Saberse instrumento de Dios en el acompañamiento conlleva pedir luz para saber orientar, no atribuirse los éxitos o fracasos, ni hacerse el protagonista. Vivir los encuentros como una auténtica experiencia de fe.
- Honestidad: Reconocer las propias limitaciones y saber delegar a tiempo o interrumpir el proceso cuando sea conveniente.
- Cuidado y reserva: con la interioridad del joven asesorado.
 
4. Procesos del acompañamiento
Parecen ser necesarias las siguientes experiencias:
 
  • Auto-conocimiento. Es importante que el aspirante conozca su historia personal y vaya ejercitando sus aptitudes, logre una positiva valoración de sí y un equilibrio emocional. La claridad sobre el grado de madurez afectivo-sexual del aspirante y su capacidad para enfrentar los desafíos que supone la vida religiosa es fundamental.
 
  • Reconciliación consigo, con los otros y con Dios para enfrentar y asumir las realidades dolorosas de su historia, sus propios límites y fragilidades. Sólo quien ha sentido la necesidad de pedir perdón y se ha sentido perdonado adquiere una actitud de misericordia hacia los demás y la conciencia de que Dios sigue trabajando en su fragilidad.
 
  • Formación espiritual. El aspirante debe crecer en su capacidad de introspección y discernimiento; identificarse con la persona de Cristo y su causa, enfrentando y asumiendo desde ella sus propias inconsistencias, es decir la contradicción entre lo que se desea y lo que se vive. Así ordena los afectos que están en la base del deseo de ser jesuita, los fundamenta en una experiencia de Dios, de forma que su decisión sea clara y recta y no sólo una huida de conflictos o una búsqueda de promoción personal.
 
  • Iniciación al apostolado. Los jóvenes participan en actividades apostólicas que les ayudan a descubrir la realidad social y eclesial, estando en sintonía con el modo de proceder propio de la Compañía. El apostolado se realiza en coordinación con el prenoviciado, para lograr criterios y métodos comunes.
 
  • Capacidad para vivir y trabajar en equipo y en comunidad. No ser un constante centro de atención; saber dialogar y colaborar; corregir y ser corregido. Ser amigo de los compañeros de ruta, y también de los formadores.
 
  • Conocimiento realista de la Compañía, a través de lecturas, contactos con jesuitas, visitas a las casas de formación y a las comunidades apostólicas y obras de la Provincia.
 
  • Sensibilidad social. Adquirir conciencia de las necesidades del país por medio de experiencias de inserción social.
 
  • Capacidad intelectual y nivelación cultural. Disponerlo suficientemente para los estudios prolongados y la formación compleja que los apostolados de la Compañía exigen.
5. Preguntas que debe hacerse el acompañante vocacional
 Las siguientes:
  • ¿Hay “subiecto”? ¿Es un joven con “madera” para ser jesuita? ¿Tiene la base humana para vivir con paz y fecundidad apostólica nuestro modo de vida?
  • ¿Por qué quiere ser jesuita? ¿Expresa una motivación válida y libre? ¿Sus razones son convincentes?
  • En su planteamiento ¿Hay experiencia de Dios? ¿En su vida espiritual aparece Jesús y su causa? ¿Busca ayudar a los demás? ¿Tiene sentido apostólico?
  • ¿Hay sinceridad y transparencia en su comunicación? ¿Se muestra tal y como es? ¿Se deja conocer o se sospecha que engaña y dice lo que el acompañante quiere oír?
  • ¿Es responsable en su proceso vocacional? ¿Es puntual y responsable con las entrevistas? ¿Se notan cambios en su vida desde que empezó el proceso vocacional?
  • ¿Qué hay que hacer para que esté listo el día de su ingreso al noviciado y entre con la mayor madurez posible? ¿Qué pasos hay que dar?
 
6. Gradualidad del acompañamiento vocacional
6.1 Niveles de la decisión vocacional
Distinguimos tres niveles de decisión vocacional en el joven acompañado:
  • El inquieto (“tal vez sí, tal vez no…”): es un joven que tiene aún muchas dudas respecto a su estado de vida; todavía no sabe claramente si lo suyo es el sacerdocio, la vida religiosa o el laicado.
 
  • El aspirante (“Sí, pero todavía no porque…”): es una vocación que tiene decidido entrar a probación, pero quiere madurar algunos aspectos de su personalidad o resolver algún asunto que podría perturbarle una vez ingresado al noviciado.
 
  • El candidato (“Sí, estoy listo”): es una vocación que se encuentra muy decidida y quiere corroborar por varios meses su decisión, antes de su próximo ingreso al noviciado.
6.2 Actividades adaptadas al estado de la decisión
Con los inquietos se debe hacerse lo siguiente:
  • Pedir el nombre, teléfono y dirección o correo electrónico de quien solicite información sobre la Compañía.
  • Entrevistarlo cara a cara: Brinda un conocimiento personal que no se logra en largas conversaciones por teléfono o Internet.
  • Tomar los datos generales en una hoja de vida o ficha vocacional.
  • Brindar información suficiente de la Compañía por medio de folletos.
  • Ofrecer elementos de oración y discernimiento.
  • Invitar a celebraciones como ingresos al noviciado, votos, ordenaciones, cumpleaños y jubileos y funerales de los nuestros y conmemoraciones, en los que puedan expresar y reforzar su interés vocacional.
  • Invitarlos a visitar algunas de nuestras comunidades y a participar en experiencias vocacionales puntuales.
  • Relacionarse con la familia para involucrarlos en el discernimiento.
  • Expresar y comunicar al equipo vocacional su primera impresión.
  • Fijar una próxima entrevista, si lo estima pertinente.
Con los aspirantes se debe hacer lo siguiente: 
  • Integrar al grupo de aspirantes para que mutuamente se fortifiquen en su búsqueda vocacional.
  • Tener encuentros con regularidad: Eucaristía, reuniones comunitarias, descansos con la comunidad local, puesta en común del discernimiento, lecturas espirituales, charlas sobre nuestro estilo de vida, la formación y la manera de vivir los votos en la Compañía.
  • Prepararlos para las rupturas que le exigirá la nueva etapa y estilo de vida del noviciado: familia, novia, deudas, contextos no apropiados al desarrollo de la vocación, tratamientos médicos u odontológicos, trabajo y demás.
7. Aspectos a tener en cuenta en el acompañamiento
Conviene tener presente lo siguiente:
  • Trabajar como acompañante su propia dimensión afectiva. Ser consciente de las mutuas transferencias que surgen en el proceso de acompañamiento.
  • Observar en el aspirante su capacidad para asimilar el modo nuestro de proceder.
  • Observar la madurez de un aspirante en las entrevistas y en otros espacios y ambientes de interacción como son el trabajo apostólico, la convivencia informal, la oración y el descanso.
  • Contar con la ayuda de un psicólogo que ilumine y brinde un diagnóstico profesional en los casos más difíciles.
  • Trabajar en equipo con otros compañeros jesuitas para lograr ser más objetivo en el discernimiento.
  • Presentar la vocación a la Compañía como un medio para responderle a Dios y no como un absoluto. Ayudarle a tener otras alternativas de vida.
  • Verificar el ambiente de la comunidad local antes de presentarle un joven vocacionalmente inquieto.
  • Dar por terminado el proceso de discernimiento a la Compañía cuando se tenga claridad de ello.

                                                ----------------------------------------------

Promoción Vocacional

0 comentarios
 

LA PROMOCIÓN VOCACIONAL
 
 

                                           ¿QUÉ ES LA PROMOCIÓN VOCACIONAL?
- Es el conjunto de actividades que presenta a los jóvenes lo que somos, lo que hacemos y el por qué lo hacemos, para colaborar con Dios que hoy los sigue llamando, porque “las vocaciones son un don de Dios, pero un don condicionado a nuestros esfuerzos por suscitarlas y descubrirlas” (Peter-Hans Kolvenbach).
- La promoción vocacional a la Compañía se fomenta sobre todo con la presentación e invitación a “sentir y gustar” nuestra experiencia fundante y cómo la vivimos en las comunidades apostólicas.
- Una auténtica promoción vocacional ayuda a los jóvenes a descubrir su identidad vocacional (e-voca), los reta a ir más allá de sí mismos, descubriendo la vida como don (pro-voca) y los “con-voca” a formar comunidad para asumir juntos la misión.
 
¿CÓMO SE PROMUEVEN LAS VOCACIONES? MEDIOS.

- A través de la oración;
- A través de una presentación clara de nuestro carisma y misión;
- A través del contacto personal con los jóvenes en los distintos campos apostólicos e invitándoles a participar en nuestras obras y ministerios,
- Dando a conocer la Compañía, su misión y sus santos por medio de posters, libros, videos, radio, televisión e Internet.
- Pero esos medios en sí mismos no bastan.
- Se requiere sobre todo la relación personal donde se propone al joven la vocación a la Compañía como una alternativa de realización personal y cristiana.
 
OBJETIVO DE LA PROMOCIÓN VOCACIONAL
Dar a conocer a los niños y jóvenes, de forma motivadora y adaptada a su sensibilidad y cultura, la
vida y misión de los jesuitas para que puedan descubrir, como una posible opción de vida, la vida
religiosa a la Compañía de Jesús, en sus modalidades de sacerdote y hermano, si así lo quiere Dios.
METAS

- Compartir con los destinatarios sean niños o jóvenes nuestro ser y misión, lo que nos da identidad
y es nuestro fundamento: el seguimiento de Jesús y su propuesta a la manera de Ignacio.
 
- Ofrecer a los jóvenes la experiencia de los EE como instrumento privilegiado para su
discernimiento vocacional.

- Crear espacios de reflexión y de encuentro en que los participantes se abran a la invitación
personal de Dios.
 
- Invitar a los jóvenes a visitar nuestras comunidades y a participar en actividades apostólicas donde
puedan compartir nuestro modo de vida y también su experiencia espiritual.
 
- Crear los materiales necesarios para ofrecerles una adecuada información vocacional.

- Dar a conocer, de forma motivadora, la vida y misión de nuestros santos y beatos.

- Invitar a los inquietos vocacionalmente a probar nuestro modo de proceder en alguna comunidad
vocacional o en alguna casa de formación durante cierto tiempo y al nivel propio de los aspirantes.
 
- Lograr consolidar una manera de proceder respecto de la promoción vocacional.
 
PERFIL DEL PROMOTOR VOCACIONAL

El P. General dice: “En cada Provincia o Región debe haber un promotor o animador vocacional de tiempo completo, que cuente con el apoyo real de los superiores y sea capaz de suscitar y descubrir las posibles vocaciones”.(Peter-Hans Kolvenbach)

El promotor es un apóstol que:

- Transmite con su vida y en su trato con los jóvenes una visión motivadora de lo que hoy significa
ser jesuita.
- Establece con los jóvenes una relación cercana en la que expresa su vivencia de Jesús, su carisma y
su espiritualidad.
- Acompaña el proceso de discernimiento vocacional del joven y respeta las decisiones que surjan
de éste.
- Tiene movilidad y disponibilidad de tiempo para salir al encuentro de los jóvenes y atenderlos.
- Convoca a los diversos delegados jesuitas regionales de la Provincia y a otros colaboradores no
jesuitas para animar el ministerio de la promoción vocacional.
 
¿DÓNDE HACER PROMOCIÓN VOCACIONAL?

- Es necesario preparar acciones pastorales y detectar los lugares que más preparen y dispongan a los jóvenes para su cuestionamiento y respuesta vocacional. ¿A qué Dios me llama? ¿Qué quieres de mí Señor?

- Es también urgente hacernos presentes en los nuevos escenarios para hacer la pregunta vocacional en el ambiente y la cultura actual. Necesitamos ser más agresivos y lanzar el desafío oportuno en el ambiente correcto, donde el seguimiento de Jesús se vive con gozo, credibilidad y sensibilidad social.

- Por eso la promoción vocacional debe hacerse donde:
   - Trabajamos y vivimos.
  -  Están los jóvenes con cualidades y grandes deseos, capaces de hacer una seria opción
    vocacional (Const. Nro. 147).
  -  Haya jóvenes con estructura, con capacidad para las rupturas propias de nuestro carisma y adaptables a otros ambientes y culturas. (Const., n.603).
 - No nos resignamos a la esterilidad vocacional de algunas de nuestras obras. Creemos que si consolidamos nuestra identidad religiosa y jesuítica resultaremos más significativos y  provocaremos vocacionalmente a nuestros destinatarios
RECURSOS DE LA PROMOCIÓN VOCACIONAL.
1  Humanos
 
- El Padre Provincial, pues es quien toma las decisiones pertinentes para hacer de este ministerio
una prioridad apostólica de todos los jesuitas.
 
- Los Coordinadores nacionales de PV de AL, que impulsan un proyecto vocacional de la CPAL con
 lineamientos y criterios comunes.
 
- El equipo de PV de la Provincia, que se reúne para planificar y evaluar la realización del
proyecto de pastoral vocacional, con la ayuda de hermanos y estudiantes jesuitas, en cuanto
sea posible.
 
- Las comunidades de jesuitas, que oran por las vocaciones y están disponibles para identificar
y recibir a jóvenes con inquietud vocacional.
 
- Los delegados zonales, que reciben y acompañan a los jóvenes con inquietud vocacional.
- Todos los miembros del nuevo sujeto apostólico, que viven este ministerio como parte de su
misión eclesial.
 
- Los laicos, sobre todo de las CVX y de las Redes Apostólicas Ignacianas, en sintonía con la
espiritualidad ignaciana, que sean co-responsables en la promoción vocacional.
 
2. Pastorales
 
- El acompañamiento sistemático de los jóvenes que manifiestan inquietud vocacional.
- Los EE: fuente de nuestra espiritualidad y experiencia que ayuda a sentir y a consolidar el llamado.
- Las convivencias vocacionales con los más interesados.
- La oración, liturgias y eucaristía por las vocaciones.
- La invitación a vivir un tiempo en alguna comunidad vocacional.
- Los campamentos de trabajo y misión.
- Las Pascuas juveniles, las vigilias de Pentecostés y demás celebraciones del calendario litúrgico de
la Iglesia.
- El mes ignaciano, para presentar el carisma, proyecto apostólico y estilo de vida de la
Compañía, por medio de liturgias y concursos, obras de teatro, canciones, carteleras
convivencias, vídeos y foros.
 
3. Materiales
 
La dotación de suficientes recursos materiales y financieros.
 
POLÍTICAS DE PROMOCIÓN VOCACIONAL
 
Que junto con los superiores locales impulsen el diseño de un trabajo juvenil con inspiración
ignaciana - adecuado a la nueva cultura, integral y progresivo - que capacite para la
elección de un estado de vida, “dentro de una amplia política vocacional”. La fecundidad de la
PV supone también la existencia de este trabajo juvenil, aunque no le compete su diseño y 
puesta en práctica.

En nuestros movimientos juveniles ignacianos es el contexto natural privilegiado para descubrir y formar jóvenes vocacionalmente aptos para compartir la misión de la Compañía en la Iglesia.

Que impulsen la articulación de la PV con los distintos Sectores apostólicos, de modo que, en los proyectos apostólicos de todas las obras de la Provincia se incluya la PV.

Que se celebre el día 5 de noviembre, fiesta de todos los santos y beatos de la Compañía de Jesús,
   como día de oración por las vocaciones a la Compañía.
 
En nuestras Parroquias
vQue los Provinciales y superiores locales animen a nuestras parroquias, en coordinación con el
equipo de PV, para que impulsen:
La oración y misas por las vocaciones: todos los jueves
Una catequesis en clave vocacional amplia: catequistas
La información adecuada sobre la Compañía de Jesús mediante paneles, mamparas, periódicos,
   revistas, charlas, vídeos, etc.: mensualmente dar a conocer un santo jesuita
El contacto con los jóvenes de la parroquia: confirmación, grupos juveniles
El acompañamiento vocacional de los jóvenes con inquietud por la vida sacerdotal y religiosa:
  formar un grupo vocacional parroquial
La participación de los jóvenes con inquietud vocacional en las actividades propias de la PV, como
   son:  Ejercicios Espirituales, Convivencias, Misiones, Encuentros mensuales “Amigos en el Señor”.
Las experiencias de vida cristiana comprometida: catequista, grupo juvenil
Las experiencias de contacto con los pobres: niños, ancianos, enfermos, cárcel…

En nuestros Colegios
 
vQue el Provincial, el superior local y el equipo directivo animen a nuestros colegios y a la Asociación de Antiguos Alumnos (AAA) para que, en coordinación con el equipo de PV, impulsen:
La oración por las vocaciones en sus distintos niveles: los jueves.

La información amplia y detallada sobre la Compañía de Jesús: paneles o mamparas, periódicos,
   revistas, charlas, vídeos, etc.

La vinculación de la PV con las instancias y personas del colegio:  jesuitas, educadores, personal
   administrativo, empleados y familias que nos permitan contactar con posibles candidatos a la
   Compañía en el mismo colegio o en otros lugares que surgieren.

El acompañamiento espiritual por parte de algún jesuita, que ayude al discernimiento vocacional
  de los jóvenes con inquietud por la vida sacerdotal y religiosa: pastoral del colegio en contacto con
  el encargado del acompañamiento vocacional.

La integración de estos jóvenes inquietos vocacionalmente en algún programa de voluntariado o
   trabajo juvenil ignaciano: organizados por el colegio en sus programas o grupos juveniles (MEJ,
   CVX Joven).

La realización de experiencias, especialmente con los más pobres: niños, ancianos, enfermos,
   bañados, barrios o compañías marginales.

La participación de los jóvenes inquietos vocacionalmente en las actividades de la PV.: encuentro
   mensual “Amigos en el Señor”, etc.
En nuestros Centros de Espiritualidad
 
v Que los Provinciales, superiores locales, directores de centro animen a nuestros centros de espiritualidad para que, en coordinación con la PV impulsen:
 
Una reflexión sobre el modo de dar los EE a los jóvenes hoy.
Una oferta gradual de EE para jóvenes, especialmente universitarios, que culmine con la elección
  de un estado de vida.
Un plan de formación en EE y en acompañamiento espiritual para los estudiantes jesuitas, en
  colaboración con las instancias de la formación de la Provincia.
Conformar un grupo vocacional en la zona.
El envío de los jóvenes con inquietud a la PV: Encuentro mensual de “Amigos en el Señor”

En nuestras Universidades
v La posibilidad de promover las vocaciones en las universidades se enfrenta a la etapa en donde el joven ya ha tomado sus primeras decisiones importantes, tales como la elección de carrera y la planeación de un trabajo y de su vida futura.
El reto estriba en explicitar la opción de la vocación, tal vez en los primeros años de carrera, para que sea considerada como una posible opción de vida. De igual forma, el joven universitario ha tenido una experiencia mayor de vida, lo cual le permite considerar esta opción como algo más fundamental y duradero. Se puede entonces considerar la promoción como un elemento que, incluyendo aspectos de mayor reto, le supongan un atractivo para considerarlo como una posibilidad dentro de los diferentes estilos de vida.
v Que los Provinciales y superiores locales animen a nuestras universidades para que, en coordinación con el equipo de PV impulsen:
La información suficiente sobre la vida y misión de la Compañía y sobre el reto de ser jesuita hoy.
La constitución de mecanismos institucionales que permitan promover la vocación y misión de la
  Compañía en la Provincia y en el mundo.
El diseño de programas y talleres de crecimiento espiritual y superación personal, encaminados al
  descubrimiento de la vocación.
El acompañamiento de los jóvenes que tengan alguna inquietud por nuestro estilo de vida.
El contacto de los jóvenes vocacionalmente inquietos con la PV.
Acompañamiento espiritual que ayude al discernimiento vocacional de los jóvenes.
Ofrecimiento de actividades extracurriculares: misiones, pascuas universitarias,
   voluntariados, retiros, ejercicios, etc.
 
En Nuestros Movimientos Juveniles.
 
vQue los Provinciales, superiores locales y el coordinador del movimiento animen a nuestros
movimientos juveniles, en coordinación con el encargado de la PV., para que impulsen:
 
La oración y misas por las vocaciones: todos los jueves
Dentro del proceso formativo de los grupos abrirse a la pregunta vocacional en búsqueda
   siempre del “magis”.
La información adecuada sobre la Compañía de Jesús mediante paneles, mamparas,
   periódicos, revistas, charlas, vídeos, etc.: mensualmente dar a conocer un santo jesuita
El contacto de jóvenes con los jesuitas: compartir experiencias sobre el llamado y la vida
   religiosa
Las experiencias de contacto con los pobres: niños, ancianos, enfermos, cárcel…
La participación de los jóvenes con inquietud vocacional en las actividades propias de la PV, como
 son:  Ejercicios Espirituales, Convivencias, Misiones, Encuentros mensuales “Amigos en el Señor”.
El acompañamiento vocacional de los jóvenes con inquietud por la vida sacerdotal y
religiosa: derivar al acompañante vocacional de la provincia.
 
En CVX
 
vQue los Provinciales, superiores locales y el coordinador animen a las comunidades CVX, en
coordinación con el encargado de la PV., para que impulsen:
La oración personal, comunitaria y misas por las vocaciones: todos los jueves.
Dentro del proceso formativo de las comunidades abrirse a la pregunta vocacional en búsqueda
   siempre del “magis”: toda pastoral ignaciana debe conducir a un encuentro personal de llamada y
   respuesta con el Señor. El objetivo de toda evangelización está en que cada uno descubra dónde
   Dios le quiere y le sueña.
La información adecuada sobre la Compañía de Jesús mediante periódicos, revistas, charlas,
   vídeos, etc.: mensualmente dar a conocer un santo jesuita (hermano y sacerdote).
Invitación de jesuitas a las comunidades: compartir experiencias sobre el llamado y la vida religiosa
En nuestras reuniones familiares: orar por las vocaciones a la Compañía.
Colaborar con la PV. en descubrir jóvenes con inquietud vocacional: pescador de jóvenes (en
   nuestras familias u otras que conocemos).
El contacto con el encargado de la PV. para dar a conocer algún joven o jóvenes que quiera
   conocer más de cerca la Compañía de Jesús.
El acompañamiento vocacional de los jóvenes con inquietud por la vida sacerdotal y religiosa:
  derivar al acompañante vocacional de la provincia.
Conocimiento de las actividades de la PV: Encuentro Mensual de “Amigos en el Señor”. Entrevistas
  Personales. Ejercicios Espirituales, Misiones, Convivencias.
 
----------------------------------------------------------
 

 

 
© 2012. Design by Main-Blogger - Blogger Template and Blogging Stuff